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Una mujer en China decidió dejar su fortuna de 2,8 millones de dólares a sus gatos y perros y dejar por fuera a sus hijos fuera del testamento, según reseña la prensa asiática.
La mujer, identificada como Liu, decidió excluir a sus hijos del testamento porque «no la cuidaron cuando enfermó», mientras que las mascotas le hicieron compañía.
El testamento designa a una clínica veterinaria local como administradora de la herencia. Sin embargo, las leyes chinas no permiten legados directos a los animales.
Un representante del Centro de Registro de Testamentos de China, dijo que la mujer siempre podrá cambiar el testamento si alguna vez se reconcilia con sus hijos.
asimismo, aseguró que «existen alternativas para resolver esta desafortunada situación».
El funcionario público anotó que: «El testamento actual de Liu es unidireccional, y le habríamos aconsejado que designara a una persona de su confianza para supervisar la clínica veterinaria y garantizar que las mascotas reciban los cuidados adecuados».
Polémica en redes sociales
La decisión de la mujer ha provocado un debate en las redes sociales en China, y la mayoría de ellas apoyan su decisión de dejar a sus hijos fuera del testamento.
No es la primera vez que un ser humano decide dejar su fortuna a sus mascotas; se han registrado varios casos similares en todo el mundo.
Una mujer estadounidense dejó un fondo fiduciario de 100.000 dólares para sus 32 cacatúas.
Leslie Ann Mandel, empresaria de correo directo, murió en junio de 2015 y dejó una fortuna de 5,3 millones de dólares.
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Mandel, que estaba casada con el autor de ciencia ficción Arthur Herzog, nombró a su hijastro, Matthew Herzog, como fideicomisario del fondo.
En sus documentos legales, enumeró a cada uno de los pájaros por su nombre y dio instrucciones para limpiarlos y alimentarlos.
«Es mi deseo que los pájaros sean alimentados y el edificio sea limpiado todos los lunes y jueves, y que su comida sea comprada en Avi-Cakes, zanahorias, agua y palomitas de maíz», afirmó en el testamento.
Otros casos similares
En 2007, la magnate hotelera Leona Helmsley le dejó 12 millones de dólares a su perro Trouble. Un juez redujo posteriormente el legado a 2 millones de dólares.
En 2011, Maria Assunta dejó 13 millones de dólares a su gato rescatado Tommaso, al que adoptó tras encontrarlo en las calles de Roma.
Assunta no tenía hijos, así que le dejó el dinero a su gato a través de su niñera Stefania, quien dijo: «Le prometí que cuidaría del gato cuando ella ya no estuviera. Quería estar segura de que Tommaso sería amado y mimado«.
La heredera estadounidense Ella Wendel murió en 1931 y dejó a su caniche Toby unos 15 millones de dólares (en aquel entonces 3,3 millones de libras esterlinas) del patrimonio de su familia.
El resto de su riqueza quedó en manos de iglesias y organizaciones benéficas.
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El diseñador de moda Alexander McQueen, fallecido en 2010, legó 50.000 libras a sus perros, que depositó en un fideicomiso para pagar su manutención durante el resto de sus vidas.
También donó 100.000 dólares a cada una de las organizaciones benéficas para animales Battersea Dogs & Cats Home y Blue Cross.
La actriz, autora y presentadora de programas de entrevistas Oprah Winfrey ya ha apartado 30 millones de dólares en un fondo fiduciario para sus perros cuando muera.
De la vida real a la tv
La actriz de Hollywood Drew Barrymore depositó su casa de Beverly Hills en un fideicomiso para su perro mestizo de labrador, Flossie.
También hizo una nueva caseta para su perro como gesto de agradecimiento después de que el perro le salvó la vida a ella y a su entonces marido, Tom Green, al golpear la puerta de su dormitorio cuando su casa estaba en llamas.
Según el Libro Guinness Récords, la condesa alemana Karlotta Liebenstein dejó su fortuna multimillonaria a su perro, Gunther IV, un pastor alemán.
Netflix incluso tiene un documental sobre el perro titulado Gunther’s Millions.
«El pastor alemán ‘Gunther’ recibió 65 millones de dólares de su dueña, la condesa alemana Carlotta Liebenstein, y se convirtió, probablemente, en el perro más rico del mundo en la década de 1990″, se lee en el perfil de Gunther del Libro Guinness.
