Influencers virtuales: Cuando se desvanece el límite entre lo real y lo digital

En la era digital en la que vivimos, el fenómeno de los influencers ha alcanzado nuevas dimensiones con la llegada de la inteligencia artificial. 

La fusión entre tecnología y cultura ha dado lugar a la creación de influencers digitales generados por este tipo de software, una tendencia que se hace cada vez más fuerte y plantea interrogantes sobre el futuro de la influencia en línea y sus efectos en la sociedad. 

Para comprender este suceso, EXPRESIONES consultó a varios expertos que analizan el tema desde diferentes ámbitos. 

Por ejemplo, desde la psicología, el especialista en salud mental Andrés Freire Gallego señala que la atracción del público hacia famosos tiene su explicación en la teoría de las relaciones parasociales. 

“La hipótesis analiza cómo las personas desarrollan conexiones emocionales con figuras públicas a través del contenido que consumen de ellos. Estas conexiones llevan a justificar las acciones del famoso, tanto positivas como negativas, basándose en la percepción que forman de ellos con el tiempo”, comenta.

Y es que muchas de ellas, considerando que la mayoría de influencers digitales son mujeres, son entrenadas para transmitir valores que conecten con la audiencia. 

Algunas de las voces de este reportaje comparan esta dinámica con las que sentimos hacia personajes ficticios de libros o películas. “Entendemos que no es real, pero nos gusta su estilo de vida, lo que vemos, la fantasía. Ese es el pensamiento que mueve la tendencia”, aseguran.

Sean personas de carne y hueso o no, lo cierto es que llegaron para quedarse y marcar nuevas reglas del juego para la creación de contenidos en internet, lo que supone una necesidad de cambio para quienes ya están en este campo de batalla.

Mismo producto, a menor costo

Desde el ámbito del marketing y la publicidad, la creación de estos líderes de opinión mediante inteligencia artificial representa un método eficaz para reducir costos y aumentar la producción. Así lo explica Adrián Burgos, CEO de la agencia Laika. 

“Estos personajes para el mercado son muy útiles, no solo en términos de precios. Con un personaje creado en computadora no hay limitaciones de espacio y tiempo. Las oportunidades son infinitas”, analiza el líder de esta corporación. 

En ese aspecto coincide Juan Carlos Salazar de la agencia Engage, que explica: “Consideramos una necesidad ofrecer servicios a precios más bajos. Por lo tanto, decidimos resumir un proyecto en el cual trabajaremos con inteligencia artificial por y para los influencers”, afirma. 

Ambas compañías ecuatorianas , Laika y Engage, han lanzado al mercado sus primeros prototipos de influencer: Aida y Alicia, quienes ahora son las promesas de convertirse en las primeras influencers digitales en el país.

Realidad o ficción: el gran dilema

El debate del siglo se resume en analizar si las inteligencias artificiales lograrán reemplazar el trabajo de los seres humanos. En esta conversación, los más optimistas ven la oportunidad de incorporar a sus labores las herramientas que brinda la era digital. 

Sin embargo, otros más escépticos aseguran que si no se busca formas de innovar, muchos perderían sus plazas laborales. Ante ello surge el cuestionamiento: ¿Realidad o ficción? ¿Qué es lo que prefiere el público? Para el psicólogo Andrés Freire este factor es poco relevante. 

“Con el marketing adecuado, los AInfluencers (así se les llama) podrían influir en la opinión social y política de los grupos jóvenes votantes al apelar a sus valores y perspectivas”. Explica que el principal problema no es que existan o no, sino que su proliferación marque una agenda, que pueda llegar a ser desproporcionada. 

Este es precisamente uno de los desafíos que enfrenta el grupo de Engage, el de establecer lineamientos al respecto. “Si optamos por crear un influencer basado en una persona existente, esa persona tendría que cedernos sus rasgos biométricos de manera formal. Este proceso podría ser similar a la contratación de un empleado. Una modalidad interesante, pero que requiere acuerdos y confidencialidad”, concluye Juan Carlos.

Shudu es la primera supermodelo digital

• Seguidores: 240 mil.
• Usuario: @shudu.gram
• Origen: Sudafricano.
• Creador: Cameron-James Wilson.
• Contenido: Modelaje.

Apodada como la Princesa de Sudáfrica, Shudu es la primera supermodelo creada con tecnología modelado en 3D. Su amplia comunidad en Instagram la han llevado a colaborar con marcas como Fenty Beauty, la marca de maquillajes de Rihanna y con la firma del diseñador Oscar de la Renta.

Miquela es la influencer de la fama y el lifestyle

• Seguidores: 2,6 millones
• Usuario: @lilmiquela.
• Origen: Los Ángeles, Estados Unidos.
• Creador: Trevor McFedries y Sara Decou de Brud.
• Contenido: Estilo de vida.

Vogue la destaca como “la chica ficticia del momento”, con sus pecas y atuendos particulares de su estilo, Miquela es colaboradora de diversas marcas como Chanel, Prada y Vans.

Aitana López un referente del mundo gamer y fitness

• Seguidores: 304 mil.
• Barcelona, España. 
• Compañía: The Clueless
• Contenido: fitness y gamer.

Con una apariencia impecable en sus fotografías, la modelo Aitana López, de Barcelona, es una de las figuras generadas con inteligencia artificial más populares en redes sociales. Fue creada por la compañía The Clueless para reducir costos y ajustarse a las tendencias del mercado.

Mar.ia resalta la comida mexicana

• Seguidores: 80,4 mil.
• Usuario: @soymar.ia
• Origen: México.
• Creador: Anónimo.
• Contenido: Gastronómico.

Sus raíces son mexicanas pero su verdadero hogar está en internet. La “primera humana virtual” de México es una amante de los chilaquiles y se está convirtiendo de a poco en un referente de la gastronomía en su país.

Aida Santos: el caso de Ecuador

• Usuario: @imaidasantos.
• Origen: Ecuador.
• Creador: Agencia Laika.
• Contenido: Fashion.

Aunque aún no alcanza el estatuto de influencer (solo tiene 21 seguidores), Aida fue diseñada para personificar a una joven de 23 años que reside en un entorno repleto de lujos y opulencia. Tiene un gran interés por la decoración, la moda y los viajes, así como por otros elementos suntuosos. Se ajusta al estereotipo tradicional de una mujer delgada, con cabello castaño y una apariencia atractiva, según lo confirmado por su creador.